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EL RENACER DE UN PAISAJE
Concurso Nacional de Anteproyectos para el Parque de la Innovación

“Sólo es nuevo lo que se ha olvidado” afirmaba, según relata la célebre anécdota, Mademoiselle Rose Bertin, asesora de vestuario de María Antonieta, a la propia reina en ocasión de que la soberana le solicitara la confección de un vestido “que nunca se hubiera visto antes”. Esta respuesta intuitiva de quien fuera, a finales del siglo XVIII, la primera diseñadora de moda en llevar su oficio a la palestra pública para convertirse en símbolo de buen gusto, no resultaría en la actualidad una novedad para nadie. Naturalmente la existencia de ciclos periódicos en la moda de indumentaria puede extrapolarse a otra cantidad de ámbitos y actividades humanas; en principio las de base artística y cultural, pero luego de una inspección más detallada, también a las vinculadas a las llamadas “ciencias duras”.

Esto revela un sorprendente carácter relativo de “lo nuevo” y, por tanto, del acto de su creación: “la innovación”, fundamental de destacar por ser el que comúnmente termina postergado. Esta relatividad se asocia a cierta periodicidad en que determinados intereses, estéticas, y perspectivas de acercamiento a las cosas vuelven a ser consideradas como camino lógico de explicación y concreción de las ideas y vuelven, en cierto sentido, a ser recuperadas.

Por otra parte, y como es natural, la innovación también posee un carácter absoluto, que se desprende de un cierto “espíritu de la época” y está íntimamente vinculado a la evolución concreta de la cultura material de las sociedades, que incluye los avances científicos y tecnológicos, pero también los culturales, artísticos y sociales. En este sentido también la innovación posee diversas aristas, distintas evoluciones que no son valorados usualmente de manera equivalente. Hay, por así decirlo, cierta innovación apropiada y conveniente a cada lugar y situación: acentos, preferencias y desarrollos temáticos entre los cuales se debe optar en el desafío de construir un ámbito que apunte a la generación de conocimiento nuevo.

Desde este acercamiento dialógico intentaremos identificar lo que constituye la innovación en la construcción de un ámbito paisajístico contemporáneo, en particular de un ámbito paisajístico urbano para una metrópoli en proceso de transformación como Buenos Aires. A su vez, intentaremos proponer una serie de estrategias y consecuentes herramientas de fabricación que nos permitan plasmar tanto material como simbólicamente esta condición, a la vez que incorporar actividad, conectividad, energía y (por que no) belleza en esta porción de ciudad.

 

Parte A: lo “nuevo” recuperado

La costa bonaerense constituye hoy una interfaz fuertemente artificializada, consecuencia directa de sus características geológicas y naturales originarias. Las márgenes anegadizas por sus pendientes leves, continuidad natural de una batimetría poco acentuada en el lecho del río, constituyeron un campo fértil para la construcción de un perfil “a medida” de las actividades que se necesitaron implantar: puerto, aeropuerto, grandes superficies, etc.

Esta condición, que ha sido altamente productiva territorialmente, ha producido a su vez su negativo, constituido por un imaginario de costa natural dolorosamente perdida, que se ha intentado recuperar mediante una cantidad de operaciones, de lo cual la Reserva Ecológica es un buen ejemplo. Teniendo en cuenta esta particularidad es que se proponen las dos estrategias siguientes:

 

A.1: La recuperación del estatus natural

Como se comprenderá la artificialización e impermeabilización de vastos sectores de la faja costera posee consecuencias ecológicas importantes: el aumento de carga pluvial sobre los espacios permeables conservados, la erosión, la presión sobre las infraestructuras de drenaje, etc. La re naturalización de este importante predio constituye entonces una oportunidad de equilibrar esta situación, generando un servicio ecológico fundamental a la ciudad, mediante la incorporación de piscinas de amortiguación de pluviales, áreas de permeabilidad facilitada y especies arbóreas y arbustivas que contribuyan con el consumo de agua.

 

A.2: La restitución de un paisaje arcaico

Pero no solamente la condición natural, desde sus fines operativos, es la que se pretende recrear. Lo verdaderamente importante simbólicamente es la restitución del antiguo paisaje costero de Buenos Aires, aquel paisaje que hoy se considera perdido. El espacio que hoy está destinado al futuro Parque de la Innovación, como lo atestiguan las fotografías de época, constituía el borde anfibio del río, una interfaz que si bien era terrestre, operaba como amortiguador alojando las periódicas crecientes. Esta naturaleza anfibia, con sus especies vegetales propias, su fauna adaptada, su estética particular, es la que se intenta recuperar.

 

Parte B: lo “nuevo” descubierto

Pero la ficcionalidad en la construcción del paisaje costero bonaerense constituye también una herencia significativa, digna de considerar. Desde la pragmática ocupación de los terrenos ganados al río a la resonancia poética de los jardines que se bifurcan borgeanos o la continuidad de los parques de Cortázar, el paisaje ha sido siempre en Buenos Aires un objeto de manufactura.

En dicho sentido, el nuevo paisaje ficcional propuesto se propone conjugar esta doble condición, actuando con solvencia como soporte de las actividades requeridas y comunicando a su vez simbólicamente su profundo espíritu nuevo.

Se ha optado por considerar que este paisaje sea el de un bosque, que en realidad no uno sino varios bosques diferentes. Las razones son a su vez dobles: por un lado aprovechar las reminiscencias del bosque como uno de los repositorios más antiguos de la poética paisajística y, por otro, operar desde el extrañamiento, incluyendo un ámbito natural inexistente en la capital pero añorado y normalmente proyectado en otros lugares, como por ejemplo las áreas verdes de Palermo.

Pero como se indicara en los primeros párrafos, la innovación requiere también una cuestión de selección. Para este caso, y más allá de las programáticas concretas que se incorporarán parece conveniente centrarse en un par de enfoques muy representativos de una “nueva época”. Estos recogen las preocupaciones emergentes en las últimas décadas vinculadas a la conservación de los recursos naturales y el manejo de los activos (tangibles e intangibles) de las sociedades y, de manera general, del planeta:

Estas cuestiones se hacen visibles, por un lado, en la sustentabilidad performativa. Esta es la performance sustentable y el carácter autosuficiente de todo emprendimiento, proyecto, edificio. Para este caso no solamente se ha enfocado en la especificidad y sostenibilidad de las actividades desarrolladas, sino en la sostenibilidad energética, ecológica y social de las construcciones involucradas. La incorporación de variados acumuladores de energía, el adecuado manejo del agua (pluvial y de napas) y la atención a las cuestiones ecosistémicas y sociales dan cuenta de ello.

En segundo lugar la sustentabilidad representativa es también un pilar importante. El emprendimiento intenta comunicar su voluntad sostenible además de ejercerla. Así, la incorporación de flora a diversos niveles, la atención a diferentes circuitos y ámbitos de uso y contemplación y el fomento de una impronta “verde” constituyen puntos a destacar.

 

Parte C: Las herramientas concretas de fabricación:

Estas estrategias que antes detalladas se desarrollarán a partir de las siguientes herramientas concretas de fabricación de paisaje:

 

C.1: La re naturalización de la geografía de soporte

Sobre el límite nor-noroeste del predio se encontraba antiguamente el cauce del Arroyo White, que fuera desaparecido por la evolución de las infraestructuras de drenaje de la ciudad. Esta herramienta propone la recreación de la antigua traza mediante la excavación controlada de sucesivas terrazas de inundación. Estas terrazas constituirán el ámbito para la amortiguación de pluviales de las áreas impermeables circundantes, a la vez de generar un ecosistema anfibio, cambiante y huésped de diversas especies de flora y fauna nativa, hoy parcialmente expulsadas del tramo urbano en cuestión.

 

C.1: El Atrio Urbano y el Parque de las nubes

El edificio destinado al Gobierno de la Ciudad se ha desarrollado para albergar dos espacios de fuerte significación. El primero de ellos está constituido por un gran atrio urbano cubierto multipropósito. El segundo de estos espacios es la cubierta del atrio que constituye una gran plaza elevada. Esta adquiere la atmósfera de un extenso bosque artificial mediante la ubicación de casi doscientos dispositivos de recuperación de la energía eólica mediante la piezoelectricidad.

 

C.2: El bosque de la innovación

Los edificios de las diversas actividades vinculadas a la innovación se organizan sobre el talud vegetal generado previamente sobre Udaondo, y que alberga en planta baja las actividades comerciales, los accesos y actividades de intercambio, unidos por una gran costanera longitudinal sobre el humedal.

Encaramados sobre los soportes de las circulaciones verticales se localizan los volúmenes edificados. Estos se retranquean y articulan para mantener huecos, patios elevados y entradas de luz que luego albergarán elementos vegetales. Desde la gran terraza longitudinal o la rambla paralela al parque asemejan profundas copas de árboles que vuelan sobre los paseos y espacios enjardinados.

 

C.3: Torres racimo

Los edificios destinados a desarrollos inmobiliarios de vivienda, hotelería y oficinas se estructuran como tallos en un gran campo cultivado a orillas del humedal. Se ha intentado estudiar la huella mínima admisible que permita la incorporación de las diferentes actividades y sus distintas opciones, de manera de mantener la mayor esbeltez posible a cada una de las torres. En virtud de ello, estas se agrupan en racimos que unidos por pasarelas de diferentes tamaños y longitudes.

 

C.4: La conectividad urbana

El ámbito de conexión del parque con el Río y la Ciudad Universitaria constituye una particular superposición de lo natural y lo artificial. Mientras en el soporte se restituye la naturalidad del paisaje costero, sobre las pasarelas elevadas y sobre estructuras auxiliares se incorporan molinos eólicos de eje vertical y paneles de musgo transformadores de CO2.

 

C.5: El parque vertical

El desarrollo inmobiliario de gran densidad y altura que se solicitaba se interviene mediante una atenta consideración natural. Se reservan primero los dos espacios de importante presencia vegetal del sector. Se extrusiona luego el área disponible hasta la altura máxima. Finalmente se incorpora un gran parque en vertical en el eje del edificio del Club de Tiro.

Ubicación: Buenos Aires, Argentina
Año: 2016
Metraje: 7 Há

Proyecto: Fábrica de Paisaje + Pablo Gerson | Colaboradores: Victoria Abreu, Ivanna Bello, Fernanda Chafes, Maximiliano Fascioli, Eloísa Schmid