m

This is Aalto. A Professional theme for
architects, construction and interior designers

Call us on +651 464 033 04

531 West Avenue, NY

Mon - Sat 8 AM - 8 PM

PAISAJES PROGRESIVOS
Concurso de Nacional (Arg.) de Ideas Buenos Aires y el Río “Parque Salguero”

La eventualidad de una nueva confrontación de ideas para la costa de la ciudad no debería pasar desapercibida en tanto oportunidad de cuestionarnos de manera amplia y abierta cuáles son nuestras expectativas acerca de este gran ámbito. Este trabajo excede conceptualmente la búsqueda de una solución concreta (que también se deberá proveer) y es el objetivo que mueve la presente propuesta.

Brindar una explicación totalitaria, unidireccional, de una cuestión en que los involucrados deberían multiplicarse, no es el objetivo del presente proyecto, por lo cual comenzaremos por postular siete claves que puedan dar sustento a un relato lo suficientemente abierto para poder ser apropiado por los futuros involucrados.

 

1: La consideración del tiempo

Las enseñanzas dejadas por la Segunda Guerra Mundial, y la ‘aceleración de la historia’ que se precipita luego de ella, generan que algunos pensadores comiencen a reconocer que los sucesos se desencadenan antes de poder ser planificados, y que la innovación tecnológica incorpora desafíos novedosos que no pueden ser previstos mediante la simple inspección histórica reciente. El futuro así entendido, comienza a formar parte de una línea de tiempo de amplia proyección y está articulado sobre la sucesión de eventos, pasados y presentes, sobre los cuales el individuo tiene (si bien en grado variable) poder de decisión. Estas reflexiones, creadoras de sendas versiones (europea y americana) del futuro planificado son, en gran medida, la explicación de cómo entendemos el devenir en la actualidad y de la evolución de las disciplinas que esgrimimos para previsualizarlo.

En especial el territorio (y la ciudad como su recorte menor) poseen particularidades bien concretas en este sentido. La intervención a gran escala (urbana, paisajística, territorial) posee irreversibilidades, condicionantes futuras, que tienen que ver con tiempos de decisión, ideologías, costumbres, y otra cantidad de reglas construidas socialmente. Es por ello que hoy, en especial a esta escala, parece saludable trabajar sobre propuestas que se puedan pensar inacabadas, progresivas, transformables, abiertas a la participación social.

El objetivo principal de este trabajo es entonces construir un relato de soporte, que aún siendo abierto, transformable y apropiable, fije criterios concretos en materia urbana, paisajística, ambiental, arquitectónica, económica, etc., sin hipotecar la libertad de decisión de las generaciones futuras.

 

2: La ciudad como respuesta

La ciudad de Buenos Aires se ha desarrollado desde la negación de su costa fluvial. La intención contemporánea de reconocer esta presencia, esta cercanía (que forma parte del objetivo del presente concurso), se ha planteado únicamente mediante la voluntad de localización de programas de esparcimiento: deporte, gastronomía, paseos al aire libre, etc. Todos ellos, dada la condición insular de la costa (mal conectada con la residencia, aislada por infraestructuras) traen implícita una temporalidad muy rígida: la costa es usada como destino eventual y temático. Se va a la costanera para una acción concreta, no como una operación natural y cotidiana. Por natural que nos parezca, esto no es así en otras ciudades de la región (incluso capitales), en donde la costanera es parte de la vida diaria de los habitantes.

El antídoto para este problema es, por extraño que parezca, la propia ciudad. El presente proyecto propone la localización de un tejido, de base residencial, pero que articule una fuerte mixtura de usos como los tejidos tradicionales, de manera de acercar población y actividad cotidiana a la costa. Esta primera acción, sin embargo, si bien es tradicional en su concepción funcional, está bien lejos de ser tradicional en su solución material. Las especificidades de un desarrollo no antropocéntrico, ecosistémico, de soluciones escalables y progresivas, lo pueden convertir en una estrategia de fuerte transformación positiva, cuestión que se desarrollará en los apartados siguientes.

 

3: Estrategia de manejo versus proyecto concreto

La costa bonaerense no puede seguir pensándose como el resultado de una sumatoria de proyectos concretos, por calificados que estos sean. Tampoco como una serie de piezas (más o menos) naturales, desarrolladas sobre la lógica de un diseño urbano – paisajístico común. Una pieza territorial de este porte requiere una estrategia antes que un diseño. Esta propuesta pretende plantearse como una estrategia tentativa, flexible, replicable y ajustable para las diferentes piezas urbanas que se encuentran hoy en vías de reconversión en las cercanías de la costa.

Pese a ello, no debe pensarse que esta estrategia es, por generalizable, genérica. Tampoco que por ser una estrategia abandona una fuerte voluntad poética. Si bien, como se desarrollará en el siguiente punto, está basada en la importante preeminencia de un soporte geométrico capaz de replicar y homotetizar sus partes, este constituye una sola de sus capas constitutivas. El manejo de ‘naturalezas’ diversas, la superposición de ‘micropaisajes’, la reconstitución del ecotono costero, constituyen los elementos centrales del relato que pretende imponerse como el descriptor poético del proyecto y su principal potencial replicador.

 

4: Macrotrazado como herramienta multipropósito

La propuesta de un macrotrazado ordenador debe entenderse, por el contrario que como una referencia ‘demodé’ al modo simplificado de aproximación métrico al territorio, como una herramienta flexible y multipropósito, capaz de operar desde diversos acercamientos al manejo progresivo de este ámbito costero. En un listado no exhaustivo, esta puede funcionar:

 

A: Como herramienta de dominio

La fuerte condición periférica que los grandes equipamientos e infraestructuras presentes en el sitio le otorgan hacen seductora la idea de una tabula rasa. Un nuevo nacimiento para el ámbito requiere a su vez unas pocas reglas claras, unas condiciones que combatan el salto al vacío en un territorio que será nuevamente domesticado. En este sentido el macrotrazado actúa de manera eficiente para determinar áreas urbanizables y áreas públicas, diferentes cualidades de los viales, diferentes infraestructuras ambientales accesorias, etc. Un trazado abierto que, a su vez, pueda ser gestor de transformaciones.

 

B: Como herramienta de gestión de usos del suelo

La capacidad de subdivisión antedicha permite la asignación por ‘plots’ con diferentes prioridades o directivas para el uso del suelo. A su vez, estos usos se pueden entender perfeccionables y transformables en el tiempo. La segmentación del terreno urbanizable es por ello también, activo de futuro, pudiéndose fusionar, combinar o modificar en atención a los requerimientos que deriven de transformaciones en el entorno.

 

C: Como herramienta de desarrollo económico

En igual sentido, se ha expresado en los gráficos un escenario de mediano plazo, en el cual la ocupación no alcanza el porcentaje máximo permitido. La condición escalable de la intervención, en cuanto a inversión y aprovechamiento es también una ventaja de la propuesta. Esta escalabilidad, naturalmente, excede a largo plazo los máximos hoy planteados, pudiéndose incrementar en virtud de cambios morfogenéticos del entorno más amplio (piénsese como escenario de máxima el cese de operativa de aeroparque).

 

D: Como herramienta de gestión paisajística

Complementariamente a las posibles transformaciones relatadas en los puntos anteriores, el macrotrazado constituye un instrumento para la gestión activa del paisaje. A largo plazo la componente paisajística estará dada por los espacios de interfase con el río que se proponen de manera específica, y cuyo desarrollo llevará años de espera y dedicación. Sin embargo, en todas las fases iniciales se piensa la trama como un catálogo de posibilidades manufacturadas de paisaje: bosques, lagunas de amortiguación, ‘pelouses’ de descanso, pajonales, superficies florales y ‘parterres’, laberintos, etc. Todos ellos con sistemas de gestión público privada de vecindad (canjes de uso, concesiones, etc.). Los senderos peatonales a su vez, incorporan también áreas permeables que son captadoras de aguas pluviales, conductoras de drenes y sistemas de riego sustentable.

 

E: Como herramienta narrativa (de pertenencia, identidad, creadora de futuros, etc.)

Finalmente, pero conceptualmente al tope de la lista, el trazado con todo su sistema de capas de significado es el que dará al desarrollo el sentido de ´barrio’, la unidad mínima de pertenencia ciudadana en el Río de la Plata. Pertenencia, identidad, relato, constituyen los intangibles capaces de transformar un espacio periférico y anodino como el existente en una nueva porción de ciudad, sostenible, eficiente, exitosa, y que tome la costa como parte de su vida cotidiana.

 

5: Geometrías complementarias

Pero si la potencia ordenadora del trazado constituye una fuerte impronta urbanística, esta no es la única encargada de establecer el espíritu de la intervención propuesta. Por un lado, y dentro del hemisferio de la antropización, el proyecto encuentra su expresión complementaria en la superestructura orgánica que recorre la costa, y que, desde una materialización opuesta a la simplicidad abstracto – geométrica de la grilla, se ofrece a mediar con el borde costero y sus variantes planialtimétricas.

Una infraestructura escalonada (anfiteatro de naturaleza, soporte de actividades, solárium, etc.) recorre todo el ‘camino de sirga’, cosiendo sus extremos abiertos, amoldándose a las pendientes existentes, deflecándose en muelles, pasarelas sobre el terreno anegadizo, refugios para el descanso, rampas y túneles. Soporte de deportes vectoriales o del simple paseo amoroso, cumple la función fundamental de oficiar de frontera entre dos sub mundos paisajísticos: el del paisaje reconstituido del río y el del generado paisaje ficcional de las elevaciones de protección contra el viento.

 

6: Paisaje reconstituido

El negativo del paisaje domesticado por excelencia del par anterior (infraestructura y macrotrazado), lo constituye el paisaje reconstituido de la interfase fluvial. En la frontera entre la regeneración natural y la construcción ficcional, este paisaje pretende recuperar la imagen arcaica de lo que fuera la costa bonaerense. Recuperarla además desde la recreación de los ambientes necesarios para que la vida natural que en ella había (y hay en algunos sectores) sea capaz de desarrollarse.

En dicho sentido, todo el ámbito entre el amanzanado y la actual línea costera, es entendido como una pieza paisajística continua, pero que admite dos matices diferenciales, moldeados mediante operaciones topográficas de bajo tenor.

Desde el trazado infraestructural a la costa se generan amplias depresiones que, además de actuar como amortiguadores pluviales y eventuales expansores de creciente, ofrecen el ambiente necesario para la proliferación de la vegetación y avifauna propias de los territorios costeros anegadizos. Estas depresiones constituyen además espacios de contemplación, verdaderos jardines escondidos que se van desplegando entre los circuitos de paseo.

Desde el sistema de plataformas y pasarelas hacia el macrotrazado, el perfil topográfico cambia. Las anteriores depresiones se transforman en un encadenamiento de pequeñas elevaciones que, por un lado generan el reparo necesario para el crecimiento y la multiplicación de especies arbustivas y arbóreas de mayor porte y, por otro, retienen y reconducen el agua de lluvia expulsada por las superficies impermeables de padrones y viales. Las laderas de estas elevaciones también se diferencian profundamente. Las que negocian con la ciudad cercana se piensan como espacios de gran exuberancia vegetal, aprovechando la protección natural antedicha. Las que enfrentan a la costa, por el contrario, se desarrollan como amplios espacios en pendiente con prados y gramíneas, que se moldean para alojar los senderos y en los cuales las presencias arbóreas constituyen eventos puntuales.

 

7: Tres grandes equipamientos multiespecie

La tierra abierta a los desarrolladores privados se rige mediante las lógicas que se han esbozado en alguno de los puntos anteriores, y de las cuales se dan detalles en los esquemas que acompañan el proyecto. Sin embargo, hay tres grandes superficies que se proponen como intervenciones de carácter público y que, mediante su perfil altamente específico, serán disparadores y garantes del desarrollo y éxito de esta nueva porción de ciudad.

En este sentido, estos tres grandes equipamientos (en el sentido amplio, puesto que un parque puede constituir un equipamiento eco ambiental) poseen características diferentes que los definen, pero también un denominador común: haber sido pensados como soportes multiespecie. Estos son los que se relatan a continuación:

 

A: La máquina de naturaleza

El primero de ellos es la única preexistencia edilicia que se propone conservar. Si bien de valores estéticos bastante cuestionables, el edificio de estacionamientos ubicado en el cuadrante noreste del polígono, posee algunas cualidades que se entienden útiles a la propuesta.

Por un lado posee una estructura sólida y una planta flexible que pueden ser fácilmente transformables para albergar un edificio de usos mixtos: estacionamiento sectorial, condensador social y maquinaria de servicios ecosistémicos.

Más allá de la funcionalidad obvia del primer paquete, el edificio (renovado y coronado mediante una estructura liviana de gran carácter plástico) incorpora la posibilidad de actividades culturales cerradas, para convertirse en centro de referencia social del nuevo desarrollo. Pero fundamentalmente se piensa también como un gran vivero – invernadero en el cual producir la componente vegetal con que gestionar paisajísticamente todo el sector, a la vez de ser espacio de transmisión de conocimiento en temáticas ambientales.

 

B: El parque del viento

La presencia en el área de intervención del aliviador del Hugarteche constituye el episodio paisajístico principal del sector (más allá de la propia costa), a la vez que un estructurador de gran potencia, que delimita dos grandes áreas a considerar. Pese a ello, su actual carácter de ‘mera infraestructura’ es únicamente funcional, y su imagen completamente banal.

La propuesta pretende operar sobre esta condición, transformando la pieza en un parque de gran potencia paisajística. Para ello se han acentuado las distancias del amanzanado al aliviador, ensanchando el futuro parque. En él, mediante mínimas acciones topográficas se generan las depresiones necesarias para reconstruir una ribera inundable que actúe como gran amortiguador, y ciertas elevaciones de soporte para la infraestructura de paseo. Sobre esta superficie moldeada, renaturalizada, se implantan parches de gramíneas y una densa masa de sauces criollos (Salix humboldtiana). Esta especie arbórea es la que tiene a su cargo la estética del parque y también la que le otorga el nombre, que focaliza en la experiencia visual generada por la gran masa verde ondulando levemente con el viento costero.

 

C: El Centro de Interpretación del río y la costa

El episodio paisajístico más singular del sector es, sin lugar a dudas, la presencia del Club de Pescadores Buenos Aires flotando sobre la superficie encrespada del río. El chalet alpino, fuertemente extrañado mediante su ausencia de soporte y su horizonte lejano es, en cierta medida, la imagen característica de esta porción costera.

El nuevo equipamiento que se plantea intenta funcionar como par simbólico con este. Un prisma puro, suspendido sobre el agua y conectado con el parque acuático frente a él mediante un sistema de pasarelas. Este parque articula las superficies verdes de pasto con estanques en los que convive gran diversidad de especies de flora acuática con la fauna característica de la costa fluvial. El edificio se piensa como soporte de actividades culturales y de educación ambiental.

Ubicación: Buenos Aires, Argentina
Año: 2020
Metraje: 32 Há

Proyecto: Fábrica de Paisaje + Pablo Ledo (Arg.) | Colaboradores: Faustina Cabrera, Eugenia Cedrani, Diamela Meyer, Matías Morena, Santiago Rodríguez