UNA GEMA EN EL PAISAJE
Bodega Boutique Viña Edén
El edificio de Viña Edén se concibe como un núcleo tectónico denso, capaz de proteger la delicada producción y materialidad del vino. Al exterior asemeja una piedra rústica, tosca, más contiene en su interior (a la manera de las formaciones pétreas de dioptasa), un arsenal de cristales verdes de abrumadora potencia reflectiva: las botellas que guardarán el cuidado vino.
La gema en el paisaje recupera así una doble metáfora, irónicamente mimética de las afloraciones rocosas circundantes y en juego dialéctico con el discurrir interior de ingenierías circulantes y minuciosas del enólogo. El correlato ficcional se asienta en la práctica a través de una serie de sustracciones y terrazas producidas en el soporte del Cerro Negro, reconfigurando la topografía adyacente y renaturalizándola para reconstruir un mítico paisaje arcaico.
Funcionalmente, se organiza en atención a la pendiente del predio, de manera de poner la fuerza de gravedad al servicio de las distintas etapas de producción. Esta comienza en el nivel superior con la recepción y el procesamiento de la uva, en la denominada ‘plaza de vendimia’, pasando luego al área de fermentación, y culminando con el proceso de maduración de los vinos en la cava enclavada en la piedra del cerro, en condiciones ideales de luz, temperatura y humedad. Es la gravedad la que sostiene el corazón funcional del objeto y la producción de vino. Su uso también afirma la pereza de la roca en su quieta y contemplativa vocación.
Como ‘bodega boutique’ que es, demanda tanto la oscuridad de la cava y la protección de las áreas de producción como la efímera luminosidad del turista en áreas sociales, de eventos y restaurant.
La simple geometría aporticada de un galpón tradicional es manipulada deliberadamente para conseguir ese efecto, y capitalizar las mejores vistas, facilitar los sistemas de ventilación (cruciales para la producción), y optimizar el asoleamiento o la protección.
Esto se resuelve con la utilización de tres materiales: el acero corten (una envolvente que remite cromáticamente a las afloraciones rocosas del lugar), la piedra como elemento portante y de contención (que articula los espacios de mediación entre el objeto-roca y el paisaje), y el cristal, que permite optimizar las vistas y, amplificando la reflectividad de las botellas que se utilizan en los espacios interiores del edificio, interpela la densidad de la roca y la aproxima al juego de la piedra semipreciosa, tosca y brillante.
Ubicación: Maldonado, Uruguay
Año: 2013-2016
Metraje: 1.500m²
Proyecto: Fábrica de Paisaje
Fotografías: Leonardo Finotti